- En esta etapa de la vida en el que ya le hacen homenajes, ¿qué reflexiones tiene?"
Pues que te hacen sentir viejo tantos homenajes, pero al mismo tiempo le motiva a uno también una reflexión que no cesa porque ahora recientemente con el libro de García Márquez 'La historia de mis putas tristes' leí la novela del autor japonés al cual él se la dedica y es una metáfora de cómo, llegado a una cierta edad, uno se enfrenta con ciertas cosas que le hacen reflexionar sobre su vida y crea una situación de estar uno en una determinada edad mirando a una bella durmiente desnuda a ver si su vida está a la altura de lo que está viendo y te ocurre algo similar cuando la enorme generosidad de algunos amigos te hacen un homenaje, tú piensas si has estado a la altura del reconocimiento que te están haciendo y eso es, a veces, un poco traumático porque la vida no es una linea recta hacia el porvenir; es muy sinuosa y muy accidentada".
- Usted contribuyó de una manera importante a la creación del Icaic. Visto cómo ha ido desarrollando su trabajo, ¿qué visión tiene de ese organismo?"
Bueno yo, cuando regresé de Italia de estudiar cine en el centro experimental de cinematografía en el año 54, hace ya medio siglo, hicimos aquí en Cuba, en plena dictadura de Batista, el documental 'El mégano' que por ese trabajo yo fui apresado y, aunque es bastante 'naïf', de muy principiante y modesto, se considera el antecedente del cine cubano, y los que integramos el equipo que filmó ese documental, Alfredo Guevara, Gutiérrez-Alea, José Masip,...en fin, ese grupo, fuimos los que fundamos después el Icaic al triunfo de la revolución, y ese afán de promover una cinematografía en nuestro país fue secundado con el mismo empeño que cuando hicimos 'El mégano', que era proyectar el cine tratando que formara parte de la cultura del país, no como un simple divertimento ni afán económico.Luego, diez años después, se dieron las cuatro películas que hoy se consideran clásicas del cine cubano: 'Memoria del subdesarrollo', 'Lucía', 'La primera carga del machete' y 'Aventura de Juan Quinquín'.
Fue un cine que no se unió al realismo socialista promovido por la URSS, sino que el cine nuestro se unió al cine de latinoamérica y se le llamó el Nuevo Cine Latinoamericano porque era un cine que trataba no tanto de marcar las diferencias como el cine latinoamericano de los años 30 ó 40 sino de remarcar que todos eramos seres humanos al calor de un ansia de liberación en los países de América Latina".
- Usted después del éxito de 'Aventuras de Juan Quinquín' rehusó para siempre a tener un éxito parecido de taquilla ¿por qué?
"Porque yo me propuse explorar otras formas de narrar ya que pensaba y pienso que mi agonía fundamental es la contradicción.Yo fui un muchacho de barrio popular y por lo tanto me formé dentro de una cultura muy popular, lo mismo en la música popular cubana que en el teatro popular cubano; es decir yo tenía la formación de que la cultura era eso.Cuando yo ya tengo un cierto nivel educacional me identifico con unas manifestaciones de una estética más de minoría y se me creó una angustia muy poderosa que ha marcado mi vida y la sigue marcando hasta ahora, que es que me encontré que eso que se llamaba cultura desplazaba al cultura popular y desde entonces yo trato de ver cómo superar esa dicotomía, y con el cine yo pensé que al fin llegaba un medio de expresión artística capaz de superar esa división. Ahora me doy cuenta que el nacimiento del cine propiciaba propiciaba por primera vez una libertad para el espectador tremenda".
- En el momento actual el cine cubano está buscando otros modos de expresarse a través de las nuevas tecnologías. ¿Esto cree usted que será posible?
"Yo creo que el digital y las nuevas tecnologías traen nuevos planteamientos sobre los que hay que reflexionar mucho. Piensa que el cine es un espectáculo al cual uno tiene que salir, y es colectivo en tanto que espectador. Después aparece la televisión y el espectador sufre un cambio porque ya es en la casa, no tiene que salir y es individual.Llega el digital, llega el video, llega internet y con ello el espectador sufre un cambio total: ya no solo es en la casa, no solo es individual, sino que se puede ser consumidor y también productor.
Entonces esa evolución que la tecnología le permite al espectador para nosotros significa un desafío, y tenemos que buscar respuestas a esta situación que nos parece que puede favorecer, no solo un pensamiento en el cual el espectador puede moverse con más libertad, sino también un tipo de pensamiento más contemporáneo, de manera que en las nuevas tecnologías el problema no es fascinarse tecnológicamente con ellas, sino ver si esa tecnología nos favorece a nosotros un pensamiento mucho más actualizado o contemporáneo que el que hemos tenido hasta ahora.Utilizar el digital puede suponer un producción más económica pero no nos debe llevar al facilismo, porque muchas veces a un fotógrafo le parece mucho más fácil utilizar el digital que el celuloide y realmente puede ser más fácil técnicamente, pero desde el punto de vista estético, la formación intelectual de ese cineasta tiene que ser igual o mayor que la que tenía el fotógrafo cuando hacía el celuloide en 35 mm."
CINESTEL Actualidad Informativa del Cine latinoamericano
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