lunes, 30 de junio de 2008

Ciclo de Cine Cubano

CINECLUB RAICES
Agrelo 3045 Capital Federal

Miercoles 2 de Julio y 3 de septiembre
a las 20 hs

MEMORIAS DEL SUBDESARROLLO
de Tomas Gutierrez Alea
Una historia personal que hubiera sido intrascendente de no ocurrir en los vertiginosos días de la revolución, cuando todas las contradicciones se pusieron al rojo vivo. La película entrega un monólogo interior con mirada a la calle, como es la novela homónima de Edmundo Desnoes.

Miercoles 9 de Julio
a las 20 hs

CUBA BAILA
de Julio Garcia Espinosa
Los conflictos de una madre que desea, más allá de sus posibilidades, organizar la mejor de las fiestas para su hija cuando esta cumple 15 años...




Miercoles 16 de Julio
a las 20 hs

FRESA Y CHOCOLATE
de Tomas Gutierrez Alea y Juan Carlos Tabio
Dos seres humanos buscan su identidad. David, estudiante de ciencias sociales en la Universidad de La Habana y Diego, un artista homosexual obsesionado por la cultura. El encuentro entre ambos da lugar a un complejo mundo de relaciones interpersonales en las que se entremezclan la amistad y la pasión, que lleva a poner en grave riesgo la libertad de ambos.




Miercoles 23 de Julio
a las 20 hs

ALEIDA GUEVARA, RECUERDOS DE MI PADRE
de Carlos Alberto Garcia

Una entrañable entrevista a la hija del Che Guevara, nos hace ver aspectos de un hombre extraordinario.Un padre afectuoso y cariñoso, que dejo un legado a sus hijos, que ellos transmiten con orgullo.



Entrevista en Rosario , Argentina a Aleida Guevara en 1979

ENTRADA A LA GORRA
Centro Cultural Raices

Agrelo 3045
entre Gral Urquiza y La Rioja, Capital Federal
TE 4931-6157

Entrevista a Felipe Quispe



"Quiero hacerles llegar un saludo revolucionario a los hermanos indígenas y campesinos de Colombia, que sigan luchando, que cuiden la casa, que la casa es sagrada, contra el imperialismo que también amenaza a Colombia"

"Carlos Mesa no va a durar ni seis meses como presidente"
Alèxia Guilera Madariaga22 de octubreLa Paz (Bolivia)

Felipe Quispe, el Mallku (el cóndor), el líder de los indígenas bolivianos -es decir, del 60% de la población del país- y diputado por el Movimiento Indígena Pachakuti (MIP), consiguió este último mes lo que ni siquiera él se imaginaba: decenas de miles de indígenas aymaras y quechuas se lanzaron a las calles y a los caminos del país, junto a campesinos y mineros, pidiendo la renuncia del ya ex presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada, conocido como "el Goni" o como el gringo, por el fuerte acento inglés que tiene su español.
Quispe reúne todos los tópicos de cualquier mito de la izquierda: es listo y sencillo, algo rudo, de origen campesino. Maneja sin asomo de ostentación esa inteligencia precisa del que aprendió observando, mientras sus ojillos astutos no pierden detalle de todo, absolutamente todo, lo que pasa.
Me ofrece un mate de coca -con hojas de coca de verdad flotando en la infusión- que deposita suavemente junto al libro que está leyendo: El arte de hablar y escribir, del sociólogo mexicano Raúl Rojas.
- ¿Por qué no confía en el nuevo gobierno de Mesa: por la persona que él es, porque ha apostado por un gobierno integrado por independientes, sin partidos, o porqué el nuevo gobierno no deja de estar integrado por "q´aras" (blancos en lenguaje aymara)?
- ¿Sabes qué? Carlos Mesa y el Goni para mí eran como marido y mujer: son de la misma fórmula. El uno sabía perfectamente de las cosas del otro, como en un hogar: qué falta, qué no falta... Ahora se escapa el marido, abandona el hogar, pero ¿quién se ha quedado? Son igualitos, luego Carlos Mesa tiene que ver también con la sangre derramada. Por otro lado, si no hubiésemos hecho esta sublevación no hubiese sido presidente. Desconfiamos de él porque es representante del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional... no es más que otro pelele de los gringos.
- ¿Cómo tendría que ser un presidente para que ustedes lo aceptaran?
- Si estuviésemos en el poder el presidente tendría que ser alguien realmente independiente. Pero el problema es que los aymaras no tenemos soberanía, a pesar de que así lo dice nuestra Constitución: este país está gobernado por los gringos.
- En el actual panorama político de Bolivia ¿hay alguna persona que para ustedes esté capacitada para gobernar con justicia el país?
- Bueno, hay que ver, hay que buscar... pero no, no tenemos todavía un candidato.
- Felipe, si en este momento le llama por teléfono Carlos Mesa y le pregunta "Felipe, ¿qué hago?", usted ¿qué le diría?
- (Se ríe) Mire, sinceramente nada: él no es mi amigo. Y además creo que Carlos Mesa no va a durar ni seis meses como presidente.
- ¿Por qué está usted tan convencido de esto?
- ¿Quiere saberlo? La respuesta es 21060: un decreto que permite la erradicación de la coca. Es impuesto por los gringos. Y la coca es algo sagrado para nosotros, como la Biblia para algunos de ustedes. Por eso nosotros le estamos diciendo: "tienes que derogar esto". Y nada. Otra razón: la 1008, que es una ley que prohíbe bloquear, prohíbe hacer marchas y no presupone la inocencia de los bolivianos sino todo lo contrario. Entonces, todo eso lo tiene que anular.
- Entremos en el tema del gas. Si estoy en lo cierto, a ustedes no les molestaba tanto el hecho de que lo fueran a sacar por Chile (país que en la guerra del Pacífico, en 1879, le arrebató a Bolivia su única salida al mar) sino, más bien, el hecho de que el Gobierno lo pensaba vender a los EU a precio de risa...
- Sí, eso es.
- ¿Cuál es entonces la propuesta de ustedes al respecto?
- Bueno... el tema del gas lo hemos manejado desde el primer momento, creo, con sensatez: primero hemos reunido a la gente y les hemos preguntado si querían o no que el gas saliese del país. Claro, dijeron que no. Entonces, lo que decimos es que primero hay que nacionalizar el gas: ahora es de varias empresas, una es la española Repsol YPF pero la mayoría son gringas. Después, una vez nacionalizado, la idea es venderlo pero ya procesado y no a los gringos: pueden ser otros países.
- Felipe, dígame: en estas semanas de movilizaciones ¿ha habido alguna cosa que le haya conmovido especialmente?
- Sí (se le agrava el rostro). Lo que me ha conmovido es la muerte de niños y hasta de bebés recién nacidos, asesinados por balas de los soldados. Y otra cosa que me conmovió fue saber que un capitán del Ejército mató a uno de sus soldados porque éste no quería disparar contra los campesinos, allá en el Río Seco, en el alto de la Paz.
- Y, sinceramente, ¿usted pensaba que sería capaz de movilizar a toda esa gente que salió a la calle, miles y miles de indígenas y campesinos?
- La verdad es que si hubiésemos convocado como partido Movimiento Indígena Pachakuti no hubiésemos movilizado a tanta gente. Realmente la hemos movido como organización indígena y como Confederación Sindical Única de Trabajadores de Bolivia.
- Cuando por la noche se acuesta, ¿duerme usted tranquilo o le inquieta pensar en la responsabilidad que representa que tanta gente campesina e indígena confíe en usted?
- Cuando inicié, en los años 80, sí que dormía muy intranquilo. Pero ahora ya me acostumbré: llego muy cansado y me duermo. Pero al día siguiente lo primero que hago es sentarme y pensar qué es lo que se puede hacer, cómo se puede complementar esa lucha...
- En algún minuto del día ¿usted deja de pensar en esa lucha?
- (Sonríe) Nunca, casi.
- ¿Y vale la pena esa lucha? ¿Qué le dice la gente cuando se le acerca?
- Bueno (sonríe ampliamente) la gente de la ciudad no me quiere nada: me insulta y hasta algunos me han escupido...
- ¿Por qué?
- Recuerdo que cuando cayeron las dos torres gemelas yo esa vez me solidaricé con los revolucionarios que habían hecho eso: los saludé fraternalmente a los que hicieron esa acción. Luego, una señora me dijo: "mira, no te metas con los Estados Unidos o te voy a cortar los testículos" (se ríe bajito). Y así casi todos los días. Hasta he recibido amenazas por escrito (y me alarga un anónimo, escrito a máquina, firmado por unos misteriosos Trabajadores de Bolivia, en el que lo llaman "grandísimo hijo del diablo, bruto, agente de la burguesía, racista e hijo de mula" y le amenazan con que "te vamos a embalsamar con dinamita" por lo que "ya puedes ir preparando tu testamento"). Y como si no fuera con él la cosa, Mallku entrecruza suavemente los dedos y se dispone a escuchar mi siguiente pregunta.
- ¿Qué puede pasar en Bolivia si pasados esos tres meses de tregua que ustedes le han dado al nuevo presidente no se ha cumplido ninguno de los puntos exigidos? ¿No cree que la gente puede empezar a cansarse de bloqueos y movilizaciones? ¿Habría que pensar en otra cosa?
- No. Es que nosotros sólo conocemos como medio de defensa los bloqueos y las huelgas de hambre: no hay otra lucha más efectiva. De esa manera la gente no se cansa. Mientras yo esté a la cabeza del movimiento indígena voy a seguir convocando a los bloqueos de carreteras.
- La pregunta que le ha hecho todo el mundo: ¿por qué son tan malas las relaciones entre Evo Morales y ustedes? ¿No es poco práctico que los dos movimientos de izquierda estén tan separados?
- No, es que... ¿cómo vas a trabajar bien con uno que siempre está al lado del Gobierno? Actualmente tiene dos ministros: el de Educación y el de Asuntos Indígenas. Mientras nosotros estamos peleando, ellos están ahí, contentos y alegres, salen al balcón y nos miran y a lo último, cuando ya estamos por tumbar el gobierno, también se pliegan a la lucha. Siempre han jugado así, sucio. Pero además de eso, es que el MAS (Movimiento al Socialismo, la coalición liderada por Morales) es la escisión de la falange socialista boliviana y los principios programáticos que tiene ese partido son fascistas. Entonces, ellos no piensan igual que nosotros: son del socialismo cristiano pero también admiten el capitalismo... ¡inclusive hasta el imperialismo! Sin embargo, nosotros somos indigenistas, somos tupakataristas (de Tupac Katari, que dirigió, en el siglo XVIII, el mayor levantamiento indígena aymara contra los españoles). Nosotros queremos autodeterminarnos, hacer nuestra lucha.
- El ex presidente Sánchez de Lozada los cualificó a ustedes varias veces de terroristas...
- No, es que está claro que el único terrorista es él, Gonzalo Sánchez de Lozada que aterrorizó al pueblo, lo mató, lo arrasó. ¿Qué quiere decir terrorismo? Si buscamos en el diccionario es el que aterroriza a un pueblo. Nosotros no hemos aterrorizado: nosotros somos revolucionarios, queremos un cambio. Por algo la palabra quechua pachakuti en castellano quiere decir la revolución, el cambio.
- ¿Qué le diría al movimiento campesino e indígena colombiano?
- Quiero hacerles llegar un saludo revolucionario a los hermanos indígenas y campesinos de Colombia, que sigan luchando, que cuiden la casa, que la casa es sagrada, contra el imperialismo que también amenaza a Colombia. Estamos con nuestros hermanos de Colombia: el problema que están sufriendo también es nuestro problema y el de los indígenas y campesinos de la llamada Bolivia, es también el de ellos. Desde esa perspectiva yo veo que la idea es seguir batallando y mantener intactos nuestros ideales comunes
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lunes, 9 de junio de 2008

Evo representa el mestizaje

Entrevista a Alejandro Landes,

director del documental “COCALERO”

Nacido en San Pablo y criado en Ecuador, el cineasta siguió paso a paso el ascenso de Evo Morales a la presidencia: su film se vio en Sundance y estará en el festival de Mar del Plata.
Alejandro Landes se asomó al mundo del cine a través de una mirada al presidente de Bolivia, Evo Morales, cuando todavía no era el máximo representante político de ese país, sino que estaba en plena campaña electoral. Con 26 años, Landes –nacido en San Pablo, Brasil, y criado en Ecuador– siguió al líder cocalero en el camino que lo llevó a la presidencia bajo las ideas de una sostenida defensa del cultivo de la hoja de coca y de los recursos naturales, la nacionalización de los hidrocarburos y la abolición del sistema neoliberal. El 18 de diciembre de 2005, Evo Morales ganó las elecciones presidenciales con un demoledor 53,7% de los sufragios y se convirtió en el primer mandatorio indígena de Bolivia. Landes registró 120 horas de material audiovisual entre el 1º de octubre de 2005 y el 22 de enero de 2006. Así nació Cocalero, un documental que refleja el camino al poder de Evo Morales y el mundo de los cocaleros. El largometraje fue presentado hace dos semanas en el Festival de Sundance, Estados Unidos, y se estrenará en Argentina durante la próxima edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. La productora de Cocalero es la argentina Julia Solomonoff, directora de Hermanas.
En diálogo con Página/12, Landes comenta que la historia personal de Evo Morales “entretejía varias historias de la región. Por ejemplo, tenía un componente racial, ya que él sería el primer presidente indígena en Bolivia, tenía un componente de la política estadounidense hacia América latina en términos de la lucha contra las drogas y su violencia. Y también el dinero que estaba en juego en Bolivia por las reservas masivas de gas, haciendo de Bolivia una especie de campo de batalla regional”.
–¿Qué aspectos de Evo Morales buscó reflejar?
–Evo es el primer presidente indígena que llega al poder en Bolivia. Sin embargo, su forma política de ser reivindica una tradición más mestiza. O sea, Evo no se viste con plumas y poncho. Evo se viste con jeans y zapatillas, se pone la camiseta del Real Madrid. Reivindica, quizás, una tradición más mestiza. Lo interesante de eso es que, al fin y al cabo, Bolivia sólo tiene futuro en el mestizaje, como la mayoría de la región. Bolivia nunca va a ser totalmente indígena. Bolivia nunca va a ser totalmente blanca o europea. Bolivia sólo tiene futuro en el mestizaje y, de alguna manera, Evo representa eso. Te das cuenta en el documental de que él usa el español antes que cualquier cosa, no habla el aymara o el quechua fluidos. El llega al poder con un discurso más sindicalista nacionalista que indigenista. Y eso para mí fue la parte más interesante de la historia.
–Teniendo en cuenta que se trata de un personaje público muy importante, ¿cómo fue el rodaje y qué particularidades tuvo?
–Lo interesante es que cuando yo llegué a Bolivia, el 1º de octubre de 2005, Evo Morales era una figura importante pero tampoco era tan conocido. Y en ese momento sólo estaba viajando en un auto por su país con su chofer Javier (que es un personaje en el documental) y su secretaria Janet. Y el viaje era hasta tranquilo, digamos, y pequeño. Dos meses después, se volvió en un convoy de treinta autos, con prensa a todos lados del mundo. Empezó muy pequeño y creo que eso es lo interesante. Recuerdo que cuando yo estaba buscando financiación para comprar un equipo e ir a filmar, andaba en mis reuniones con una hoja impresa de la cara de Evo porque en ese momento nadie sabía quién era. Sólo tres meses después, el tipo estaba en la portada del New York Times, del L.A. Times, etcétera.
–¿Coincide con la opinión de buena parte de la opinión pública de que el hecho de que Evo Morales haya vivido en la pobreza le permite tener mayor sensibilidad política?
–Bolivia es el país más pobre de Sudamérica y Evo representa a esa mayoría. Sin dudas, romper los tabúes raciales, económicos y sociales que se tuvieron que romper para que Morales llegue al poder es un paso importante en el país y en la región. Y yo espero que, a través de los años, sea también importante que el discurso de un futuro presidente en la campaña ya no sea una discusión racial, de origen, de color de piel o de idiomas, sino más bien de ideas.
–¿Cuál es su posición respecto de la opinión que existe de que, dentro del arco progresista de los nuevos gobiernos de América latina, el de Evo Morales es uno de los que está más a la izquierda?
–A mí se me complica un poquito mirar las cosas de derecha o de izquierda. Por lo que yo vi, Evo Morales no es un líder no ideológico sino pragmático. Lo que está buscando hacer es darle la mejor oportunidad a la gente que, en algún momento, vivió una circunstancia que tenía él. Ahora, si él logra hacer eso o no está en sus hombros. Yo no puedo verdaderamente saberlo. Sí creo que es un líder pragmático.
–Existe una disputa entre Washington, que históricamente buscó erradicar la hoja de coca, y los cocaleros, que defienden su derecho al cultivo de la planta. ¿Cómo está reflejada esta problemática en su documental?
–Más que nada de una manera muy humana. Una de las coprotagonistas de la historia es Leonilda Zurita. El documental entreteje dos historias. Por un lado, tiene la historia personal e íntima de Evo y, por otro lado, tiene a Leonilda, que sirve como guía al mundo sindical cocalero que es la base de poder de Evo. Lo que se ve en el documental es que Evo nace de la violencia estadounidense en la temática de las drogas en Bolivia. Evo es un hijo de la violencia norteamericana que se ha llevado a cabo en la lucha contra las drogas en Bolivia. Para decirlo rápidamente: hay indígenas aymaras y quechuas desparramados por el monte a principios de los ’80 buscando mejorar su calidad de vida plantando coca, que paga quizás un poquito más que una piña o una naranja en la selva del Chapare en Cochabamba. Los norteamericanos deciden resolver su problema de consumo local a través de erradicar la hoja de coca en un lugar remoto. Llevan a cabo una erradicación bastante violenta que causa que esta gente trascienda o se muera. O sea, se empiezan aglutinar, a formar, a educar, a preparar y a organizar. Eventualmente, veinte años después ponen a uno de ellos en la presidencia de la República. Entonces, yo no quiero caer en frases de cajón, pero lo que no te mata te hace más fuerte, que es un poco lo que pasó en este caso. Estas políticas antidrogas de erradicación forzosa en el Chapare llevaron a los cocaleros a organizarse en un sindicato que los ayudaba a sobrevivir y los protegía. Este sindicato quizá nunca hubiese llegado a organizarse si no fuese por la violenta represión norteamericana
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Oscar Ranzani

Publicado en Pagina 12

4 de Febrero de 2007

lunes, 2 de junio de 2008

Entrevista con el director de cine Jorge Sanjinés

"El poder no quiere entender esa otra Bolivia... "

Uno de los directores cinematográficos latinoamericanos contemporáneos más destacados, el boliviano Jorge Sanjinés, es un agudo testigo crítico de su país. Para él, cine y compromiso social siguen siendo un binomio inseparable. Entrevista exclusiva durante una reciente visita a la sede del Festival Internacional de Films de Friburgo (FIFF), en Suiza.
P: Más de 30 muertos como resultado de las recientes movilizaciones sociales de febrero...otro tanto en las de enero. ¿ Qué está pasando en Bolivia?
R: Estamos viviendo una verdadera insurgencia social, colectiva. Un fenómeno histórico sin precedentes en el mundo y por lo tanto de un significado trascendente. Por primera vez los indios han accedido a una parte importante del poder político. A partir de las últimas elecciones una tercera parte del parlamento, es decir 40 diputados, son indígenas. Hablamos de actores sociales que no abandonan la lucha callejera, los bloqueos de rutas, la movilización en defensa de sus reivindicaciones. Frente a este fenómeno ascendente, se constata la incomprensión estúpida del segmento dominante del poder y de los partidos tradicionales. No quieren ver ese cambio, esa nueva realidad, porque están acostumbrados, desde siempre, a excluir.El poder desprecia a los indios
P: ¿ Una especie de ceguera étnica ?
R: Etnico-cultural. No entienden o no quieren entender esa otra Bolivia. No conocen la cultura histórica indígena. La desprecian. Les sigue pareciendo poco importante. No llegan a visualizar que los indígenas funcionan con otra lógica diferente a la occidental: colectivista, no piramidal, de no respeto a la relación *orden-obediencia*, que nace, emerge y actúa en la base del pueblo.Un dirigente campesino nunca decide solo. Esa hermenéutica de la consulta marca los sindicatos, influyó a la Central Obrera Boliviana, define toda esta dinámica social. Es, sin duda, otra cultura política.P: ¿Se trata, entonces, de la confrontación de dos cosmovisiones antagónicas? R: En efecto. Con un componente esencial en esta nueva forma de hacer política desde abajo: la vigencia de otra ética política. Algo esencial que estaba faltando en Bolivia -y que escasea en muchas naciones latinoamericanas-, asfixiada por altos niveles de corrupción. Hoy los indios le muestran a la sociedad que tienen otra ética. Me permito dar dos ejemplos. Los partidos reciben por ley un financiamiento oficial para la campaña electoral. El Movimiento al Socialismo (MAS), dirigido por Evo Morales, luego de la votación, devolvió al Estado el sobrante que no utilizó. ¡ Jamás visto! Se daba por hecho siempre que los partidos se llevaban todo al bolsillo. Otro fenómeno interesante: varios de los diputados indígenas no disponen de su dieta (salario) que es relativamente grande ya que llega a los 4 mil dólares mensuales. La entregan a sus comunidades y la región dispone el uso colectivo que le dará a ese dinero.Futuro imiprevisible
P: Regresando a esas visiones tan opuestas de sociedad, ¿hacia dónde va Bolivia, cuál es su futuro?
R: Puede ser muy peligroso. En la medida en que se mantenga vigente esa incomprensión de parte del poder seguiremos sufriendo masacres, muertos, alto costo social. No quiero ser tremendista pero el escenario de la confrontación social es marcante en tanto la clase blanco-mestiza no acepte que Bolivia puede ser gobernada por indios. Y es una cuestión de poco tiempo. Es muy posible que en cuatro años, después de las próximas elecciones -siempre y cuando el presidente Sánchez de Lozada aguante todo su período- haya un gobernante indígena en mi país.Sin embargo no podemos anticipar todo. ¿ Quién hubiera imaginado hace sólo cinco años que hoy los indígenas, los campesinos, los partidos por ellos creados, jugarían un rol tan protagónico? Y si el sector dominante no quiere ver la nueva realidad ni aceptará la presencia dominante de los indios en el Estado, los nuevos actores sociales bolivianos tampoco van a renunciar a sus derechos y reivindicaciones. Lo están demostrando cada día...
P: Una mirada retrospectiva nos indica, además, que las luchas sociales que se vienen dando en los últimos dos años en Bolivia tocan ejes muy sensibles del poder : la revuelta de los productores de coca; las luchas masivas contra la privatización del agua y contra el ajuste neoliberal...
R: En efecto. La movilización indígeno-campesina expresa una alta conciencia y claridad propositiva. Los dos partidos que representan esos sectores impulsan propuestas de una gran claridad programática. El resto del parlamento no les escucha. Y ahí está la gente en la calle. Y no sólo por sus reivindicaciones más inmediatas. También con banderas muy claras como el rechazo categórico al ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas).Las dos bolivias que no se entienden
P: De la realidad social a su compromiso personal...¿Cómo sintetiza su vida de realizador cinematográfico ligado desde años al movimiento popular?
R: Doce films, nueve de ellos largometrajes. Dos etapas bien marcadas. Una, hasta 1978 - momento cuando se reinstala la democracia en Bolivia-, tuvo como eje la denuncia. *Sangre de Cóndor*, *El Coraje del Pueblo*; *Fuera de Aquí*, *El Enemigo Principal*; entre otras producciones, se situaban en ese marco, en un momento en que los espacios de crítica estaban muy cerrados y eran casi inexistentes. Después pude dedicarme a tratar temáticas desde una perspectiva más de reflexión. *La Nación Clandestina* para analizar, por ejemplo, el tema de la identidad cultural. *El Canto de los Pájaros*, para tocar el complejo problema del racismo y la discriminación...
P: ¿ Cuál es el rol/desafío actual de los intelectuales comprometidos, en concreto de Usted como figura cinematográfica relevante?
R: Debemos apoyar el proceso de autoreflexión de la sociedad. Me propongo hacer lo antes posible mi próxima película para aportar a ese esfuerzo reflexivo. Quiero tratar ese choque de dos concepciones de vida del que hablaba antes. De las dos Bolivias que no llegan a entenderse, de la exclusión de la mayorías indígenas ansiosas por recuperar su presencia activa en la construcción de la Nación.P: Se siente una cierta preocupación por apurar los ritmos de producción...¿ Una cierta ansiedad?R: ¡Sí! Un poco. Hemos destinado bastante tiempo en instalar la Fundación Grupo Ukamau -sin fines de lucro- y la Escuela Andina de Cinematografía. Pasé casi seis años sin filmar. Y quiero trabajar rápido , aprovechando el espacio democrático actual, sin censura. Me abruma pensar, por ejemplo, que una de mis películas circuló durante la dictadura siete años en el exterior sin lograr el permiso para ser presentada al interior. Debo reconocer, sin embargo, que vivo toda esta etapa con mucha efervescencia, con enorme entusiasmo y alegría por ver al pueblo indígena recobrar sus fuerzas y encaminarse hacia su auto-gestión. Asumiendo a fondo el derecho de gobernar incluso su propio país.

Ping Pong con Sanjinés

¿ Evo Morales?: « un notable joven dirigente con una responsabilidad gigantesca. Lo está haciendo muy bien. Un referente con enorme futuro »
¿Porto Alegre?: « la respuesta que recibe el imperio al imponer políticas extremadamente dañinas para la sociedad humana »
¿ Guerra contra Irak?: « cínica y desmesurada ambición norteamericana para apoderarse del petróleo y controlar toda esa sensitiva región del planeta »
¿ Europa hoy?: « me alegra la conducta de algunos países como Alemania y Francia pero no estoy muy seguro si están realmente contra la guerra o corren detrás de otros intereses »
¿ Nuevo Cine Latinoamericano?: « una explosión de participación. El abaratamiento de la producción -debido a las nuevas tecnologías- pone al alcance de nuchos jóvenes posibilidades enormes. Hoy, talentos emergentes, pueden aportar sensitivamente a la cinematografía.Realidad inimaginable hace un tiempo.
¿ Sanjinés hoy?: El mismo de siempre

Entrevista realizada por Sergio Ferrari de la Revista Rebelión
En enero de 2003